viernes, 21 de enero de 2011

Cuando el destino llega...

El frio interminable de una mañana cualquiera, llegue hasta ese lugar, clasico de mi rutina diaria. Saludando a los unos y a los otros, gente extraña en realidad, que por casualidades del destino he tenido que acoplar a la cotidaniedad de mi propia existencia. Platique con dos de mis enemigas naturales, una mas que la otra, la otra oyendo atenta, la otra prefieriendo lacerar con la mirada de serpiente el odio que sobre mi recarga. No me importa, al fin y al cabo, arrieros somos, en el camino andamos... esperabamos a cierta persona... no llegaba. No estaba ni su sombra, pero creo yo que fue bastante rapida, ya que no nos dimos cuenta ni de su prescencia. Llego al marco de una puerta color del mar, y parecia que sobre las espumas se levantaba una sirena que al ritmo de mis preguntas repondia con otras tantas. Fui a donde estaba primero, lleve mi clasico caparazon donde mi herramienta de trabajo llevo, y me pose sobre un tronco artifial, sobre las espumas de marmol a escuchar a la sirena. Aquella sirena de nombre etrusco que representa su celestialidad, me hizo ver dentro de sus profundos luceros negros un cierto aire de misterio. Fue tanta mi impresion que, de golpe y porrazo, me fue fascinando. Su voz, profunda, su tez, morena, su cuerpo, marmol entero, su sonrisa, un collar de perlas. Su cofre no era como el de las demas, vacio, sin chiste, sin vida en realidad, no... su cofre tenia las joyas y respuestas del mundo entero, cosa que a mi me fascinaba. Esta sirena de gran belleza y gran valor (valor no en dinero, valor en lo mental) me enseño un poco de su canto, el canto de lo que anhela el inmortal. Sin embargo, su canto hermoso no era escuchado. Las piedras y las hiedras no querian escucharle. Caray, no se por que no querian escucharla... si su voz es suave, linda, muy linda... me atrae hasta el punto del deseo, hasta el punto en que el no tenerla me hace llorar por ella. Ella me dijo: "te llevare, a lealtad, donde aquellos no quieren acompañarme, a las entradas del reino del abisal, ahi donde las almas se purifican y los hombres se transforman en inmortales", me insiste siempre que oigo su cantar su voz lejana, a traves de la luz rapida, a traves del cuadro ilusorio. Tengo miedo de ella, siento que a pesar de ser pacifica puede estallar como la furia de un volcan... pero es ese miedo, mezclado con pasion y amor lo que me hacen quererme arriesgar. Me dice: "ven, ven..." nada con palabras, todo en armonia con mi telepatia, con mi psique, con mi alma misma... me siento fundido... me siento confundido. Destino es, me llego sin esperarlo.

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