Callejuelas

El inicio

Me he transformado en una sombra que lo ocupa todo; me encuentro en aquella acera, mirando de cerca las lágrimas de un hombre, simplezas mundanas le ahogan el alma en milímetros de piel, somos tan cobardes que antes de ceder la vida preferimos la lastima y la miseria. Muy cerca de él dos mujeres hablan, la más hermosa, indiferente a las platicas de dormitorio de su amiga, finge escucharla, ella prefiere vivir en sueños, su mundo es de imágenes, países plateados de mares azules aun ocultos al hombre, amor sin reservas y presunciones, sahumerios embriagantes, en fin… ¿Qué será lo que más desea? Sigo mi camino por la calle B… mi ojos se extravían unos instantes en las luces marmóreas que bañan una portezuela vieja de roble, allí una vieja alcahueta subasta su débil prole procurándose un bocado para la mañana siguiente. En el cuartucho roído de la planta alta un morfinómano inyecta sin saberlo el último consuelo de muerte a la muerte misma; su hija, a la que ha dejado ya de importarle su vil existencia, asqueada de sí misma, enciende un cigarrillo y contempla el cuerpo aun convulso de su progenitor; la primera exhalación de paz desde que su madre los abandonara por un coronel golpeador y mujeriego que sería tiempo atrás el mas galante caballero en todo R… bienvenida seas amable soledad.