miércoles, 11 de mayo de 2011

Ensayo rapido


Tiende el hombre al retorno infinito a lo que se ha denominado ciencias del espíritu o humanidades, pues aun inmersos en la empujante cultura del cientificismo es imposible desechar por completo el bagaje filosófico y religioso propio de la cultura. 
En su conexión con la physis y la naturaleza moderna el hombre se mira abandonado a la conciencia. Si bien advierto en la autoconciencia el fundamento de certeza de todo conocimiento, su carácter secundario en cuanto a la percepción del ser hunde al hombre en el sopor de la percepción misma.

El hombre antiguo se sabía parte de la naturaleza(physis), en cambio el hombre moderno somete a esta naturaleza, pues si bien se sabía parte de ella pone al centro de la misma al hombre como amo del todo, aseverando más tarde que no es más que materia sometida a leyes, sentencia que con todo lo racional de su siglo perdería su fuerza sin una metafísica/ontología que amalgamara tal concepto en el espíritu(psyche) del hombre sin excluirlo de aquella materia(hylé) o lo redujera a la irrealidad, de acuerdo a la intersubjetividad que delimita la idea.

Entonces ¿Qué es del hombre actual respecto a esto, cuál es su posición en la naturaleza? Encuentro en el grueso de hombres de la época(S. XXI) un hambre inane de sí, se sabe gobernante de su realidad inmediata pero lo hayo incapaz de una proyección psíquico-corpórea más allá de su límite(confort) ilusorio.

No considero errado haber apartado la divinidad, es decir, la idea de Dios como fundamento del todo, de hecho es digno de la gloria eterna el valor de los primeros que dudaron, aquellos primeros físicos, este continuo reclamo del hombre a toda idea que lo limite supone de manera necesaria un nuevo arché. El hombre actual no busca un origen en sentido místico o mítico, busca un principio, un arché más puro, uno que lo signifique como fenómeno, como hecho existente que crece, en movimiento, siempre en acto, aquí converge la physis con la naturaleza moderna. Uno y lo mismo, lo Uno.

Lo Uno revela al hombre su conciencia, como un actuar pensante, pues solo la razón hace del ser una evidencia. Es en este punto de revelación de la existencia perceptible donde el vacío tiene un papel sustancial, y entiendo por vacío un espacio que nada contiene y que figura la figura de todo ente, el espacio lógico.

Pienso que toda teoría que reduzca toda existencia a percepciones debería, en primer lugar, entender que el solipsismo es solo posible si se aceptan como preexistentes el vacío(espacio lógico) y el tiempo, al estilo heraclíteo de lo Uno. Aquel que hable del no-ser, debe comprender en un principio esta infraexistencia del ente para después aseverar, como lo hago yo ahora, que este no-ser no supone la inexistencia sino lo completamente opuesto, un Ser latente, siempre en posibilidad el Ser de ser. Este no-ser es el axioma precedente solo a la existencia razonada, no a la existencia entitica.

-Om Gam Ganapataye Namaha-


miércoles, 4 de mayo de 2011

Y luego que? jajaja, solo divagué.

No tiene fin este simbólico mundo ¿Qué es lo que hemos hallado? Unos cuantos despojos, que si queremos vernos románticos, Dios dejo para nosotros, para alentarnos a buscar eso que llamamos “verdad” y bueno… una vez que la tengamos ¿Qué haremos con ella? Contemplarla enajenados cual ateos renegados y radicales de tabla. Porque, finalmente, nuestro mundo no es el de las respuestas acrisoladas, beatificas, y así es mejor.
La vida beata me parece estúpida y pretenciosa, el arrabal, altanero, así que mezclo a conveniencia los destilados y que obtengo: la aburrida normalidad, ese juicio inconforme, al que todos, sin excepción alguna, imputamos ideales y necedades condicionantes de lo que probablemente sea “mejor” ¿mejor para qué? Más allá del egoísmo se halla la comodidad, es el confort aquello que todo ser “vivo” busca, creo haber encontrado en mi escasa vida seres a los que les era más cómodo el letargo que la acción, aquellos que niegan la felicidad y la vida porque, a mi parecer, no soportan el peso de las mismas, no están listos para lo que conllevan, quien esta listo de todas formas, no es cobardía, es confort. Entiendo por confort un estado, el del bienestar, y sin entrar en subjetivismos morales y percepción de hechos traducidos a sentimientos, ese estoicismo ridículo que reduce al mundo a percepciones y ve en él no más que sucesos trágicos y sufrimiento, debería voltear la mirada a una zona fuera de sí. Porque cuando el ojo es divino se ve a sí mismo, y no hallo en la verdad otra unilateralidad que no sea la de ser verdad.
Pensemos por un momento en algo ajeno a nosotros, un suceso del que presencialmente seamos extranjeros, es ahí donde lo estoico se rompe porque se acoraza en necedad, porque si bien el estoico tolera, nunca podrá aceptar. Lo interesante de la observación es la facilidad con que la imagen se distribuye entre la subjetividad de los observadores y más interesante aun es la conducta con que discernimos sobre lo que nos es ajeno, toda persona ha sido testigo de cómo el mismo hecho es en cierta medida adaptado o justificado de acuerdo a necesidades imperantes en la psyche del individuo. El hombre occidental mira con ojos de lastima la crueldad tribal de áfrica pero no mira su salvajismo new wave que ostenta con orgullo, nombrado por él: humanismo, pues del mismo modo adaptamos toda conducta social y moral. Todos somos “humanos” para nosotros solamente, lástima que el lenguaje sea tan inmenso como carente de definiciones. Dime que me odias, que me amas, que estas triste, que estás perdido, dime lo que te venga en gana, pero después trata de explicármelo para que te decepciones al ver en mi cara lo absurdo que suena en el exterior tu sentir, y no hay otra forma, encuentro en la duda el gran artífice.

lunes, 2 de mayo de 2011