lunes, 31 de enero de 2011

Anum


Hoy nacerá en el firmamento la estrella más distante, el gran sabio ha dicho que no debemos salir hasta el amanecer, solo él visitara esta noche el monte Bangará.
Han callado los bosques, el rio no parece andar, no hay ruido alguno. Un relámpago sacude el firmamento, el espectáculo es tan fascinante como temible, en los escasos segundos que la divina luz ilumino la tierra pude ver como los colosos inmemoriales avanzaban silentes hacia la sagrada cumbre. De lo remoto del espacio mano una voz y pronuncio en lo lejano un nombre que no puedo recordar, el cielo se ilumino con mortecina luz y como si despertara de un arcaico letargo apareció Él, miro un momento la tierra desde su trono y partió en dos el firmamento al alejarse en lo infinito entre las danzas de Dioses olvidados.

Ayer


El carmín espiraleo latiendo con fuerza, la Cibeles rendida implorando ardiente el deseo. Radiante el Urano sombrío complace su sueño con ecos resplandecientes, esperando una noche inmortal el gris se torna celeste y él; una vez más se aleja. Ella, fría, le contempla embelesada anhelando la bruna niebla que cubre su amor cada noche, aquellos instantes de calma en que se funden cruelmente desaparecen con la primera aurora centelleante. No les queda más que esperar el negro manto que hace de su pasión lunar iridiscentes realidades.

jueves, 27 de enero de 2011

El dia que te fuiste

Llovia y llovia, no habia parado de llover en tres dias. Los truenos, los rayos mismos caian del cielo como si fueran las espadas de los mismos arcangeles. Afuera, solo se oia el viento recorrer todo el lugar, mientras la lluvia hacia los estragos de siempre. Asomado en mi ventana, te vi derrepente entre esa inclemencia.

Tus ojos y los mios quedaron clavados por unos segundos, y luego, como si fueramos un par de lagartijas, nos escondimos cada quien en su agujero. Pero llamados por el instinto, nos asomamos por nuestras respectivas ventanas, con la timidez de los inexpertos.

De repente, como si hubiese sido ordenado, un rayo cayo ahi, en tu ventana. Los vidrios volaron en mil pedazos, y tanto de mi ventana como de la tuya, salieron los fuertes alaridos. Fuego en mi casa, fuego en la tuya, y los gritos de ambos mezclados.

Cuentan los vecinos que se veia correr sangre, cuales dos cascadas, de nuestros respectivos hogares. Yo no puedo recordar nada, que no sea el dolor en mis ojos. Sentia como si por la fuerza, me hubieran untado chile en ellos, pero conforme iba subiendo las manos, me dolia cada vez mas, hasta que llegue a ellos con un dolor tremendo. Note que habia algo punteagudo en ellos: era vidrio en mis ojos. Al llegar a la ambulancia, aun en medio de la lluvia pude percibir un delicado olor: un olor a perfume, mezclado con quemado. Perfume de rosas, y quemado de carne. Una chica gritaba. Gritaba diciendo: "¡Ayuda, ayuda!"...

La ambulancia se detuvo, parece que llegamos al hospital, tus gritos se diseminan al paso en que me van llevando en la camilla. Los doctores me han sacado los vidrios. Dicen que no volvere a ver. Pero pregunto por ti, por ti, la chica que vi en el ventanal.

Nadie sabe nada. Aqui en mi casa, solo oigo soyozos y el recoger de vidrios. No se estas viva o estas muerta, lo que se es que se que te perdi de vista, y desde ese dia tal como llegaste, tal te fuiste.

Enlil


En aquel tiempo en que el espacio se alzaba imponente y vacio sobre las manos del tiempo, sucedió algo impensable hasta entonces, aparecio la Conciencia. Con la fuerza con que estallarían miles de soles reclamo un lugar en el orbe, trascurrirían incontables las eras y Ella seguiría ahí, aprendiendo la esencia de la nada, dominando el celuloide.
Llego el momento en que conoció todo acerca de lo existente, supero el vacio, trascendió el tiempo. Y fue allí; en los límites de la galaxia, donde nada podía distraerla, que comenzó a llorar, no sabía que ocurría, sentía pesar en su interior, un pesar tan inmenso como ella, sin saber el porqué comenzó a temblar, sentía por primera vez el infame peso de la existencia.
Fue tan fuerte el dolor que manaba de ella que el espacio convulsiono. Los vapores, que normalmente había, formaron gotas espesas que con movimientos reptantes se hicieron uno en el cenit y tornándose cada vez más pequeños formaron el primer eón. La nada había sido fragmentada.

miércoles, 26 de enero de 2011

19:14


No note cuantos días habían pasado hasta que vi la fecha de mi última confesión. 
Digamos que estaba haciendo cosas importantes...
La idea de pequeñez una vez más me atrapo, hacia tanto que no la sentía que no supe de primera instancia a que se debía el soporífero aroma que percibía, creo que es el aroma del cielo coagularse.
No debí sentarme en aquel sitio, quede completamente a merced de los espíritus traviesos de Isaías. Comienzo a pensar que nadie me nota en este mundo cambiante. Pasan delante de mí millones de fenómenos, algunos tan diminutos y arcaicos que dejaron de ser tomados en cuenta.
Todo pasa.
Yo sigo aquí, sentado, inerte…  la forma en que interactúan las sombras es infame, una se posa sobre otra opacándola, aplastándola sin piedad, todo depende de la dirección del brillo y la distancia. Cuanta tristeza me causa.
De entre todos los transeúntes solo uno nota mi presencia, mira de reojo y sigue su camino, tal vez intente pasar desapercibido igual que yo. Lo tomo como algo importante puesto que ya llevaba alrededor de una hora ahí y nadie lo había hecho. La vida es tan placentera cuando no se siente.
Estoy convencido, aun no tengo la cordura suficiente como para poder matarme.

martes, 25 de enero de 2011


¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción, 
y el mayor bien es pequeño, 
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.



 - Pedro Calderon de la Barca -