viernes, 15 de agosto de 2014

Protocolo

1.
Lástima que no sea poeta, que mi […] me haya abandonado, entonces, sentirme desdichado, sin prudencia... podría llevar este dolor con corcheas, ostentarlo abigarrado de amarillos tulipanes, sería bello. Todo aquel que observara, acertaría, juicioso exclamaría ¡suntuoso poeta!
El poeta lleva a cuestas escollo y herrumbre , con galanura dandiesca asoma lo cotidiano, perdido, helado en lo arcaico. Lástima que no sea poeta.

2.
Noche, pálida y macabra nube que a mi dintel asoma, enmascara un presagio. Nube puta, nube voluble que embriagas redonda la aún sutil aurora.

3.

He imaginado rebosante de volumen el airoso porvenir de mis años, he machacado las dichas, las lúgubres escenas en mi odiosa cabeza, y ahora, que incendio mis labios el bosquejo sinuoso contenido rio arriba se incendia también. Debo continuar, tal vez, consumido, me vuelva uno de tantos iluminados, un pregonero de la Fe, de la creencia arrumbada, un alabado por siglos.









No hay comentarios:

Publicar un comentario